De Ligt o el futuro
Albert Blaya Sensat
Hay momentos que marcan una vida. En el fútbol, lo más serio de lo menos serio según Valdano, no escapa de esta lógica y hay nombres, apellidos y situaciones que determinan no solo un partido, sino títulos, sinergias, el futuro.
Matthijs De Ligt se ha convertido en una cuestión de supervivencia para muchos clubes europeos, que ven como tras la marcha de Cristiano Ronaldo a la Juventus se ha acabado la hegemonía irrefutable del Real Madrid en Europa. Se ha abierto una brecha, y de Ligt es un aval muy potente para competir de nuevo. El central del- aún- Ajax de Amsterdam impresiona. Entra por los sentidos. Tallado a granito, esbelto, rápido, fuerte, inteligente- hasta guapo. Lo tiene todo. Y aún con el cartel de adolescente, aún con edad de estar a caballo entre el primer y el segundo equipo, De Ligt es ya el capitán del Ajax y, por ende, uno de los mejores centrales del mundo. Perdamos todos la cabeza, por favor.
El FC Barcelona, permítanme que me centre en este equipo cuando hable aquí de De Ligt, parecía tenerlo todo para atar su fichaje hace ya mucho tiempo. Tras la incorporación de Frenkie De Jong, amigo y compañero de Mattijs, la jugada parecía clara. El aficionado culé ya se relamía los dedos pensando en lo inimaginable hace un verano; la peor directiva de la historia haciendo cosas a la altura de la mejor directiva de la historia. Obviamente, no se dio. No aún- mientras escribo esto parece que Raiola, perdón, De Ligt, tiene pie y medio en la Juventus- y el FC Barcelona sigue esperando que se cumpla su sueño. Porque De Ligt no es solo un central predestinado a marcar una época, sino que representa aquello tan etéreo, en boca de todos desde hace tanto tiempo y que nadie parece entender, el estilo. En esencia su fichaje representaría mucho más para el Barça que para cualquier otro equipo.
¿Pero, por qué tan especial? En pocas palabras; es muy bueno. Extendiéndome un poco más, Matthijs De Ligt tiene porte de central, que ya es algo muy relevante a primera vista. Corre, piensa y se mueve como un central, y de los buenos. A pesar de su corpulencia, Matthijs es imperial al cruce, anticipando y en el 1x1, tiene mucha técnica defensiva. En este sentido es parecido a Piqué, pero con un puntito más de velocidad; tiene la lectura y el talento necesarios para hacer que todo parezca lo correcto, lo más sencillo. Más intuitivo que expeditivo en sus acciones. Comete errores propios de la inexperiencia, aunque decir que este chaval es inexperto tiene delito, de la edad mejor dicho. Sus errores, por lo tanto, no son tanto fruto de otra cosa que no se pula entrenando mucho, fallando y perdiendo antes de hacerlo bien. Y sí, sé que pensáis lo mismo que yo, que no hay mejor forma de mejorar que enfrentarte a Leo Messi cada día, que se lo digan a Lenglet.
Su juego aéreo es poderoso. Más en ataque que en defensa, y esto es valor añadido. Atacando el área rival parece un delantero, muy Sergio Ramos, algo que muchas veces tapa carencias, pero que en general es algo que engrandece la figura de un central; le da otra dimensión. De Ligt ya tiene uno de esos momentos que marcan una carrera con su gol en Turín- ay, el destino- para eliminar a la Juventus. Luego caería notando cada gramo de la crueldad que desprende este maravilloso deporte, frente al Tottenham.
De Ligt es un momento, uno que puede marcar el futuro del juego de jerarquías europeo. Así de serio es esto. Su impacto en el FC Barcelona sería gigantesco, no solo por su nivel, sino por lo que representaría hacerse con un jugador que todos quieren. Como con De Jong, va mucho más allá del nombre, fichas una idea. A pocos días de conocer el futuro y ver quién se hace con parte de él, solo queda volvernos locos con el mercado. Cada vez más es un ahora o nunca, y De Ligt, para el FC Barcelona, precisamente lo es más que nunca.
Matthijs De Ligt se ha convertido en una cuestión de supervivencia para muchos clubes europeos, que ven como tras la marcha de Cristiano Ronaldo a la Juventus se ha acabado la hegemonía irrefutable del Real Madrid en Europa. Se ha abierto una brecha, y de Ligt es un aval muy potente para competir de nuevo. El central del- aún- Ajax de Amsterdam impresiona. Entra por los sentidos. Tallado a granito, esbelto, rápido, fuerte, inteligente- hasta guapo. Lo tiene todo. Y aún con el cartel de adolescente, aún con edad de estar a caballo entre el primer y el segundo equipo, De Ligt es ya el capitán del Ajax y, por ende, uno de los mejores centrales del mundo. Perdamos todos la cabeza, por favor.
El FC Barcelona, permítanme que me centre en este equipo cuando hable aquí de De Ligt, parecía tenerlo todo para atar su fichaje hace ya mucho tiempo. Tras la incorporación de Frenkie De Jong, amigo y compañero de Mattijs, la jugada parecía clara. El aficionado culé ya se relamía los dedos pensando en lo inimaginable hace un verano; la peor directiva de la historia haciendo cosas a la altura de la mejor directiva de la historia. Obviamente, no se dio. No aún- mientras escribo esto parece que Raiola, perdón, De Ligt, tiene pie y medio en la Juventus- y el FC Barcelona sigue esperando que se cumpla su sueño. Porque De Ligt no es solo un central predestinado a marcar una época, sino que representa aquello tan etéreo, en boca de todos desde hace tanto tiempo y que nadie parece entender, el estilo. En esencia su fichaje representaría mucho más para el Barça que para cualquier otro equipo.
¿Pero, por qué tan especial? En pocas palabras; es muy bueno. Extendiéndome un poco más, Matthijs De Ligt tiene porte de central, que ya es algo muy relevante a primera vista. Corre, piensa y se mueve como un central, y de los buenos. A pesar de su corpulencia, Matthijs es imperial al cruce, anticipando y en el 1x1, tiene mucha técnica defensiva. En este sentido es parecido a Piqué, pero con un puntito más de velocidad; tiene la lectura y el talento necesarios para hacer que todo parezca lo correcto, lo más sencillo. Más intuitivo que expeditivo en sus acciones. Comete errores propios de la inexperiencia, aunque decir que este chaval es inexperto tiene delito, de la edad mejor dicho. Sus errores, por lo tanto, no son tanto fruto de otra cosa que no se pula entrenando mucho, fallando y perdiendo antes de hacerlo bien. Y sí, sé que pensáis lo mismo que yo, que no hay mejor forma de mejorar que enfrentarte a Leo Messi cada día, que se lo digan a Lenglet.
Su juego aéreo es poderoso. Más en ataque que en defensa, y esto es valor añadido. Atacando el área rival parece un delantero, muy Sergio Ramos, algo que muchas veces tapa carencias, pero que en general es algo que engrandece la figura de un central; le da otra dimensión. De Ligt ya tiene uno de esos momentos que marcan una carrera con su gol en Turín- ay, el destino- para eliminar a la Juventus. Luego caería notando cada gramo de la crueldad que desprende este maravilloso deporte, frente al Tottenham.
De Ligt es un momento, uno que puede marcar el futuro del juego de jerarquías europeo. Así de serio es esto. Su impacto en el FC Barcelona sería gigantesco, no solo por su nivel, sino por lo que representaría hacerse con un jugador que todos quieren. Como con De Jong, va mucho más allá del nombre, fichas una idea. A pocos días de conocer el futuro y ver quién se hace con parte de él, solo queda volvernos locos con el mercado. Cada vez más es un ahora o nunca, y De Ligt, para el FC Barcelona, precisamente lo es más que nunca.