El pistolero contra la maldición
¿Números y suerte en Milán? No, no han abierto un nuevo casino de lujo, ni en Kapitain tenemos la combinación de la próxima Primitiva. Por el titular puede parecer el guion de una película de domingo por la tarde en Antena 3, pero tampoco. El 9 está maldito en la ciudad y nadie quiere utilizarlo
El Milan, otrora equipo más grande de Italia, el segundo con más Champions de la historia, recordado por sus jugadores de primera talla mundial y por grandes noches de gloria en San Siro. “Il Club più titolato al mondo” rezaba debajo de su escudo hace diez temporadas. Ahora todo eso ha cambiado, poco a poco el club cayó en picado por una horrible gestión y, con él, todos los mitos que llegaron a poblar su distinguida delantera.
El último que pudo gozar de la gloria de ser el número 9 del Milan fue “SuperPippo” Inzaghi, y de qué manera lo hizo… Diez temporadas con el nueve a la espalda en las que anotó 126 goles en 300 partidos. De la misma manera que ese dorsal llenó de gracia a leyendas como Van Basten o Weah; El trece de Mayo de 2012, con la retirada de Inzaghi, caería sobre el 9 una maldición letal que se desarrollaría de manera paralela al declive del club, una maldición que llega hasta nuestros días.
Ocho han sido los jugadores que han portado la casaca con el 9 desde aquel fatídico día y ninguno ha podido aguantar con ella más de una temporada. El primero fue Alexandre Pato, adoptó el 9 directamente de Inzaghi y eso le pasó factura, marcó diez goles y acabó regresando a Brasil por donde había venido pese a llegar a Milán como futura estrella. Al año siguiente fue Matri quien probó suerte. Un gol y seis meses en la ciudad transalpina fulminaron las esperanzas de mejoría de la delantera.
Destro y “El Niño” –ya no tan niño- Torres fueron los desafortunados que lucieron el fatídico dorsal en la temporada 2014-2015. Seis meses cada uno, con un gol del español y tres del italiano no supuso un balance muy alentador. Los ocho goles en tan solo dos partidos de Champions de Luiz Adriano esa misma temporada hicieron confiar en el 9 otra vez a los aficionados para la 2015-2016, pero el brasileño solo anotó seis en todas sus apariciones. “Flop” de nuevo.
Con Lapadula sucedió la misma historia. Llegó a Milán como Capocannoniere de la Serie B con el Pescara (30 goles) y, a pesar de que las sensaciones no fueron malas del todo, no logró estar a la altura y acabó saliendo al verano siguiente con una saldo goleador de ocho dianas.
André Silva e Higuaín han sido los últimos portadores de la “Maglia Maledetta”. Ambos llegaron a Milán como las estrellas que el nuevo proyecto necesitaba y ambos se acabaron yendo con el rabo entre las piernas. El talento portugués igualó a Pato con diez dianas pero no contaba con el beneplácito de Gattuso, así que acabó cedido en el Sevilla. El argentino ha anotado ocho goles en los seis meses que ha durado en Milán, pero su deseo de irse con Sarri al Chelsea ha sido concedido en este mercado de invierno.
El último refuerzo para la perdida delantera milanista ha sido el polaco Krzysztof Piatek, el dorsal 9 acababa de quedarse libre con la marcha del pipita y él parecía su sustituto natural, pero alguien ha debido advertir al pistolero sobre el mal fario de ese número, pues ha rehusado utilizarlo. Su compañero en el ataque será Cutrone, que luce el 63 (6+3 son 9, inteligente manera de evitar el número maldito la del joven italiano). Piatek podría haber elegido una opción similar adaptando el popular 1+8 de Zamorano con el Inter, pero la decisión final ha sido una diferente.
El Milan, otrora equipo más grande de Italia, el segundo con más Champions de la historia, recordado por sus jugadores de primera talla mundial y por grandes noches de gloria en San Siro. “Il Club più titolato al mondo” rezaba debajo de su escudo hace diez temporadas. Ahora todo eso ha cambiado, poco a poco el club cayó en picado por una horrible gestión y, con él, todos los mitos que llegaron a poblar su distinguida delantera.
El último que pudo gozar de la gloria de ser el número 9 del Milan fue “SuperPippo” Inzaghi, y de qué manera lo hizo… Diez temporadas con el nueve a la espalda en las que anotó 126 goles en 300 partidos. De la misma manera que ese dorsal llenó de gracia a leyendas como Van Basten o Weah; El trece de Mayo de 2012, con la retirada de Inzaghi, caería sobre el 9 una maldición letal que se desarrollaría de manera paralela al declive del club, una maldición que llega hasta nuestros días.
Ocho han sido los jugadores que han portado la casaca con el 9 desde aquel fatídico día y ninguno ha podido aguantar con ella más de una temporada. El primero fue Alexandre Pato, adoptó el 9 directamente de Inzaghi y eso le pasó factura, marcó diez goles y acabó regresando a Brasil por donde había venido pese a llegar a Milán como futura estrella. Al año siguiente fue Matri quien probó suerte. Un gol y seis meses en la ciudad transalpina fulminaron las esperanzas de mejoría de la delantera.
Destro y “El Niño” –ya no tan niño- Torres fueron los desafortunados que lucieron el fatídico dorsal en la temporada 2014-2015. Seis meses cada uno, con un gol del español y tres del italiano no supuso un balance muy alentador. Los ocho goles en tan solo dos partidos de Champions de Luiz Adriano esa misma temporada hicieron confiar en el 9 otra vez a los aficionados para la 2015-2016, pero el brasileño solo anotó seis en todas sus apariciones. “Flop” de nuevo.
Con Lapadula sucedió la misma historia. Llegó a Milán como Capocannoniere de la Serie B con el Pescara (30 goles) y, a pesar de que las sensaciones no fueron malas del todo, no logró estar a la altura y acabó saliendo al verano siguiente con una saldo goleador de ocho dianas.
André Silva e Higuaín han sido los últimos portadores de la “Maglia Maledetta”. Ambos llegaron a Milán como las estrellas que el nuevo proyecto necesitaba y ambos se acabaron yendo con el rabo entre las piernas. El talento portugués igualó a Pato con diez dianas pero no contaba con el beneplácito de Gattuso, así que acabó cedido en el Sevilla. El argentino ha anotado ocho goles en los seis meses que ha durado en Milán, pero su deseo de irse con Sarri al Chelsea ha sido concedido en este mercado de invierno.
El último refuerzo para la perdida delantera milanista ha sido el polaco Krzysztof Piatek, el dorsal 9 acababa de quedarse libre con la marcha del pipita y él parecía su sustituto natural, pero alguien ha debido advertir al pistolero sobre el mal fario de ese número, pues ha rehusado utilizarlo. Su compañero en el ataque será Cutrone, que luce el 63 (6+3 son 9, inteligente manera de evitar el número maldito la del joven italiano). Piatek podría haber elegido una opción similar adaptando el popular 1+8 de Zamorano con el Inter, pero la decisión final ha sido una diferente.
El número que ha elegido el nuevo pupilo de Gattuso para evitar caer presa de la maldición es el 19, el mismo que otro ex futbolista rossonero –Kevin Prince Boateng- ha escogido para iniciar su nueva aventura en el FC Barcelona. A priori no es un número muy atractivo para un delantero y, si hablamos de suerte, tampoco ha sido un dorsal histórico en el Milan. El último en utilizarlo fue Bonucci, y mejor ni nombrarlo por las calles de la ciudad italiana, y antes que él lo lució Niang, un buen proyecto de futuro que se acabó quedando en el camino.
Al final muchos piensan que esto de los números no deja de ser una superstición y las únicas cifras que valen son las que se consiguen en el campo. Ahí todo vuelve a cuadrar, pues a día de hoy también son 19 los goles que lleva el polaco en lo que va de temporada -trece en Serie A y seis en Coppa Italia-. Nadie sabe si ese es el motivo de su elección de dorsal o si todo ha sido una gran casualidad, así que por ahora solo queda seguir sumando. Tal vez un Hat-Trick al Bologna –equipo que entrena Inzaghi- rompa la maldición