Eres eterno, Xavi
El mundo del fútbol recordará el 2 de mayo de 2019 como el día en el que Xavi Hernández anunció su retirada definitiva del mundo del fútbol. Posiblemente, uno de los mejores jugadores, por no decir el mejor jugador español de la historia y principal artífice de todo lo que han sido y son el FC Barcelona y la selección española, ha anunciado que cesará su carrera como futbolista para emprender una nueva etapa en los banquillos
Carlos García Alemany
Todos tenemos grabado en la retina aquel juego que rozaba la perfección del Barça y de España. Ese juego que nos hizo dominar el mundo del fútbol, y que cada vez que pasaba por los pies de Xavi Hernández fluía como una sinfonía de Beethoven. Recibía la pelota y la devolvía sin comprometer al receptor, tenía automatizado cada movimiento que debía hacer.
Lo que le ha hecho ser un jugador tan trascendental al de Tarrasa, es que además de con los pies, jugaba al fútbol con la cabeza. Y cuando estos dos se unen en el fútbol, hablamos de jugadores excepcionales. Los pies ejecutaban con precisión de relojero cada acción que su mente procesaba en apenas milésimas de segundo.
Y es que la estela de Don Xavi Hernández será eterna. Jamás se ha visto un jugador que ordenara tan bien el juego, y que midiera tan bien los tempos de un encuentro. Era una extensión de sus entrenadores dentro del campo, organizando y gestionando, tanto el juego como a cada uno de sus compañeros, para que todo saliese como estaba planificado.
La sombra de Xavi Hernández es tan larga que a cada mediocentro que llega a las filas del Barça se le exige, como mínimo, el rendimiento que dio él. Esto es un lastre que muchos jugadores no logran soportar. Y a pesar de que Arthur ilusione -con razón- al Camp Nou, todavía es muy temprano para poder compararlo con el rendimiento ofrecido por el exjugador culé. Tiene la misma esencia de un jugador que puede gestionar muy bien el juego de un equipo, pero no se acerca al nivel que llegó a ofrecer Xavi, y mucho menos a su regularidad.
Con todo esto, Xavi en Barcelona es mucho más que uno de los mejores jugadores de su historia. Xavi es patrimonio culé, tiene el sello del estilo barcelonista grabado a fuego en su piel. Capitán y referente desde categorías inferiores, se mantuvo 17 temporadas en el primer equipo donde cosechó 27 títulos, sin contar los logrados con el combinado nacional.
Ahora bien, el eterno 6 culé era la causa y consecuencia de un estilo de juego. Podríamos decir que él jugaba así por el contexto del equipo, y el equipo jugaba así por él. Xavi no era precisamente un jugador veloz, ni un portento físico. Xavi conocía sus limitaciones y sus virtudes, y supo esconderlas y potenciarlas en todo momento. Como constructor y organizador de juego fue donde se posicionó -más allá de como uno de los mejores jugadores del mundo- como uno de los mejores de la historia desempeñando ese rol.
Lo que le ha hecho ser un jugador tan trascendental al de Tarrasa, es que además de con los pies, jugaba al fútbol con la cabeza. Y cuando estos dos se unen en el fútbol, hablamos de jugadores excepcionales. Los pies ejecutaban con precisión de relojero cada acción que su mente procesaba en apenas milésimas de segundo.
Y es que la estela de Don Xavi Hernández será eterna. Jamás se ha visto un jugador que ordenara tan bien el juego, y que midiera tan bien los tempos de un encuentro. Era una extensión de sus entrenadores dentro del campo, organizando y gestionando, tanto el juego como a cada uno de sus compañeros, para que todo saliese como estaba planificado.
La sombra de Xavi Hernández es tan larga que a cada mediocentro que llega a las filas del Barça se le exige, como mínimo, el rendimiento que dio él. Esto es un lastre que muchos jugadores no logran soportar. Y a pesar de que Arthur ilusione -con razón- al Camp Nou, todavía es muy temprano para poder compararlo con el rendimiento ofrecido por el exjugador culé. Tiene la misma esencia de un jugador que puede gestionar muy bien el juego de un equipo, pero no se acerca al nivel que llegó a ofrecer Xavi, y mucho menos a su regularidad.
Con todo esto, Xavi en Barcelona es mucho más que uno de los mejores jugadores de su historia. Xavi es patrimonio culé, tiene el sello del estilo barcelonista grabado a fuego en su piel. Capitán y referente desde categorías inferiores, se mantuvo 17 temporadas en el primer equipo donde cosechó 27 títulos, sin contar los logrados con el combinado nacional.
Ahora bien, el eterno 6 culé era la causa y consecuencia de un estilo de juego. Podríamos decir que él jugaba así por el contexto del equipo, y el equipo jugaba así por él. Xavi no era precisamente un jugador veloz, ni un portento físico. Xavi conocía sus limitaciones y sus virtudes, y supo esconderlas y potenciarlas en todo momento. Como constructor y organizador de juego fue donde se posicionó -más allá de como uno de los mejores jugadores del mundo- como uno de los mejores de la historia desempeñando ese rol.
Y la influencia de Xavi es tal -no solo en su equipo sino en su contexto general- que desde su llegada a Qatar, el fútbol qatarí ha dado un salto de calidad, pues recientemente ha conquistado su primera Copa Asiática. Quizás Xavi fue al país asiático a causa del entorno futbolístico que empezaba a destacar, o ese entorno ha progresado gracias al catalán. Sea como fuere, esta evolución en Qatar va de la mano del de Terrasa.
Mirando al futuro a medio y largo plazo, Xavi siempre ha mostrado las ganas que tiene de ser entrenador de fútbol y su pasión por el juego de toque y de posición: el famoso tikitaka. El título para poder ejercer de técnico lo tiene, y es uno de esos jugadores que está predestinado a continuar relacionado al mundo del fútbol en los banquillos, y además de hacerlo estupendamente.
Si esto sucediese, se seguiría trazando una línea continuista de técnicos que han dominado el mundo del fútbol a través del dominio de la pelota. Primero fue Cruyff con su dream team, posteriormente Guardiola y ahora le toca dar ese paso a Xavi, que seguro que está preparado para coger el testigo del que fue su entrenador.
Lo que es evidente es que, se retira uno de los mejores jugadores que han visto nuestros ojos, un jugador con una inteligencia fuera de lo común y una calidad al alcance de muy pocos. Ahora solo nos queda sentarnos y esperar a que el Xavi técnico logre lo que ha conseguido como jugador. Mientras tanto, la figura del catalán como futbolista: será eterna.