Fénix, con F de Figo, con F de Femenía
El mundo del fútbol es maravilloso, pero también esconde historias tristes y crueles. El foco de esta es Kiko Femenía, un auténtico Fénix que consiguió renacer de sus cenizas gracias a Pepe Bordalás
Miguel Cañas Pardo 'Coke'
Desde el principio de su carrera profesional, la vida le dio una de cal y varias de arena al joven alicantino. Empezó en el Hércules, debutando con 17 años y creciendo exponencialmente a la vez que su equipo lograba conquistar el ascenso a primera división. Hasta ahí todo iba bien, pero su debut en la élite del fútbol español iba a significar el principio del fin.
Primera jornada de la temporada 2010-2011. El Hércules recibe al Athletic en el Rico Pérez y Kiko salta al campo desde el banquillo. Pasados pocos minutos el cuerpo técnico nota que algo no va bien, no es el mismo chico que deslumbró en segunda con el club alicantino, su entrenador le pregunta y recibe una amarga respuesta: A Kiko le ha dado un ataque de ansiedad dentro del terreno de juego. El resultado deja de ser importante y el banquillo se vuelca con la perla alicantina para que supere ese achaque. Al final todo pasa y queda en un amargo episodio y una primera derrota.
La segunda jornada trajo una alegría inmensa para Kiko. Su equipo ganó al Barcelona 0-2 en el Camp Nou, él salió como revulsivo y fue el foco de varias miradas, pues el equipo azulgrana, al término de la temporada, se interesó en el joven para completar su plantilla. La carrera de Kiko ascendió meteóricamente, pero era solo un espejismo de la cruda realidad que le esperaba. Ese fue el único partido oficial que jugó en el Camp Nou, sin vestir todavía la camiseta blaugrana.
El alicantino no encontró hueco en el primer equipo, así que comenzó a jugar con el filial. Ahí su proyección siguió creciendo y parecía que podía acabar teniendo minutos en el Barça de las oportunidades, en el que tantos jóvenes de la cantera habían podido tener una oportunidad. Esa oportunidad no llegó nunca y, por diferencias con la directiva del club, Kiko Femenía abandonó la Masía.
Primera jornada de la temporada 2010-2011. El Hércules recibe al Athletic en el Rico Pérez y Kiko salta al campo desde el banquillo. Pasados pocos minutos el cuerpo técnico nota que algo no va bien, no es el mismo chico que deslumbró en segunda con el club alicantino, su entrenador le pregunta y recibe una amarga respuesta: A Kiko le ha dado un ataque de ansiedad dentro del terreno de juego. El resultado deja de ser importante y el banquillo se vuelca con la perla alicantina para que supere ese achaque. Al final todo pasa y queda en un amargo episodio y una primera derrota.
La segunda jornada trajo una alegría inmensa para Kiko. Su equipo ganó al Barcelona 0-2 en el Camp Nou, él salió como revulsivo y fue el foco de varias miradas, pues el equipo azulgrana, al término de la temporada, se interesó en el joven para completar su plantilla. La carrera de Kiko ascendió meteóricamente, pero era solo un espejismo de la cruda realidad que le esperaba. Ese fue el único partido oficial que jugó en el Camp Nou, sin vestir todavía la camiseta blaugrana.
El alicantino no encontró hueco en el primer equipo, así que comenzó a jugar con el filial. Ahí su proyección siguió creciendo y parecía que podía acabar teniendo minutos en el Barça de las oportunidades, en el que tantos jóvenes de la cantera habían podido tener una oportunidad. Esa oportunidad no llegó nunca y, por diferencias con la directiva del club, Kiko Femenía abandonó la Masía.
No pudo ser, no corrió la misma suerte que otros tantos de su generación, tal vez la rabia contenida hacia el club que le cerró las puertas le hizo tomar la decisión que más de una década atrás tomó Figo. Femenía cambiaba así la cantera del Barcelona por la del máximo rival, el Real Madrid. Figo acabó recogiendo un balón de oro y siendo uno de los máximos exponentes futbolísticos de Portugal, pero a Kiko la suerte le volvió a jugar una mala pasada.
No pudo hacerlo como el resto de canteranos de la Masía y tampoco pudo cuando se convirtió en el Figo de las canteras. En Madrid no solo no encontró minutos en el primer equipo, sino que apenas podía jugar en el Real Madrid Castilla dado que la competitividad era altísima en esa plantilla. Kiko acabó frustrado consigo mismo y con el fútbol y, para más Inri, el club blanco rescindió su contrato y se quedó sin equipo. Ahí fue cuando apareció la persona que le cambió la vida. Pepe Bordalás.
El entrenador alicantino lo acogió en el Alcorcón y le hizo recuperar la fe en el deporte rey. Femenía volvió a brillar y a sonreír. Poco a poco retrasó su posición hacia la del lateral y se convirtió en un pilar del club madrileño. Cuando Bordalás fichó por el Deportivo Alavés, se llevó a Femenía consigo, pues todavía tenía mucho talento por demostrar. Juntos consiguieron llevar el club a la primera división.
Con Mauricio Pellegrino, una vez Bordalás abandonó el club, se acabó asentando en el lateral de un Alavés que fue la revelación de la campaña, que acabó rozando puesto europeos y llegó a la final de la Copa del Rey. Esa campaña milagrosa en Álava fue mérito suficiente para que el alicantino hiciera las maletas hacia Watford para ganarse el puesto de lateral en la Premier League.
Y así ha sido desde la pasada temporada –solo interrumpido por una lesión en el muslo-, el “Método Masía” falló, el “Método Figo” también fracasó, pero el Fénix Femenía logró anteponerse a todos los contratiempos y asentarse como titular en una de las ligas más competitivas del mundo.
No pudo hacerlo como el resto de canteranos de la Masía y tampoco pudo cuando se convirtió en el Figo de las canteras. En Madrid no solo no encontró minutos en el primer equipo, sino que apenas podía jugar en el Real Madrid Castilla dado que la competitividad era altísima en esa plantilla. Kiko acabó frustrado consigo mismo y con el fútbol y, para más Inri, el club blanco rescindió su contrato y se quedó sin equipo. Ahí fue cuando apareció la persona que le cambió la vida. Pepe Bordalás.
El entrenador alicantino lo acogió en el Alcorcón y le hizo recuperar la fe en el deporte rey. Femenía volvió a brillar y a sonreír. Poco a poco retrasó su posición hacia la del lateral y se convirtió en un pilar del club madrileño. Cuando Bordalás fichó por el Deportivo Alavés, se llevó a Femenía consigo, pues todavía tenía mucho talento por demostrar. Juntos consiguieron llevar el club a la primera división.
Con Mauricio Pellegrino, una vez Bordalás abandonó el club, se acabó asentando en el lateral de un Alavés que fue la revelación de la campaña, que acabó rozando puesto europeos y llegó a la final de la Copa del Rey. Esa campaña milagrosa en Álava fue mérito suficiente para que el alicantino hiciera las maletas hacia Watford para ganarse el puesto de lateral en la Premier League.
Y así ha sido desde la pasada temporada –solo interrumpido por una lesión en el muslo-, el “Método Masía” falló, el “Método Figo” también fracasó, pero el Fénix Femenía logró anteponerse a todos los contratiempos y asentarse como titular en una de las ligas más competitivas del mundo.