Inicio fulgurante, desarrollo inquietante, final sorprendente
Jacinto Ela
La última jornada de liga en el RCD Stadium se vivió una imagen inédita desde la inauguración del bello estadio perico; miles de personas invadieron el césped para aclamar a sus jugadores. Héroes de guerra, pero villanos en algunas batallas. Retando a las escasas probabilidades para clasificarse en la Europa League, el Espanyol conquistó la séptima posición contra todo pronóstico. Para ganar la lotería el equipo de Rubi cumplió con su parte, que era ganar a la Real Sociedad. El equipo txurri urdin llegaba a Barcelona empatado a puntos con el Espanyol. 50 cada uno. El vencedor aumentaba sus posibilidades para clasificarse para la Europa League siempre y cuando el Athletic de Bilbao no superara al Sevilla en el Sánchez Pizjuán en un encuentro que se estaba disputando simultáneamente. A pesar de que el Sevilla tenía posibilidades de clasificarse para Champions, desde algunos sectores del entorno perico se barajaba la posibilidad de un biscotto (pacto) entre Sevilla y Athletic. Como ocurren en estas ocasiones, a medida que se acercaba el partido, los rumores eran más fuertes. Al menos eso se palpaba en las redes sociales, aunque creo que era una especie de contragafe. La táctica era hacerlo tan evidente que fuera imposible un pacto sin quedar retratados. Las redes sociales hicieron su parte.
Desde el club se pidió a los aficionados un último esfuerzo después de una temporada convulsa. En este caso "convulsa" es una palabra positiva si tenemos en cuenta que el Espanyol llevaba temporadas llegando a los últimos partidos sin nada en juego. Aunque parezca un acto de masoquismo, es mejor llegar las últimas jornadas luchando por sobrevivir que plácidamente sin tener algo por lo que luchar. Es la diferencia entre una vida apasionante y una vida cómoda. El partido del Espanyol fue una balsa de aceite. A diferencia de la Real, los pericos demostraron tener hambre. Se aferraron al Darderismo cuando Sergi Darder -jugador que da nombre a la filosofía que ha seguido el equipo- abandonó entre lágrimas el campo lesionado. En ese momento tuve claro que el Espanyol iba a desarrollar sus mejores minutos de juego -hay pruebas de mis palabras-: Para que surjan muchos líderes debe desaparecer el líder moral del movimiento.
Desde el club se pidió a los aficionados un último esfuerzo después de una temporada convulsa. En este caso "convulsa" es una palabra positiva si tenemos en cuenta que el Espanyol llevaba temporadas llegando a los últimos partidos sin nada en juego. Aunque parezca un acto de masoquismo, es mejor llegar las últimas jornadas luchando por sobrevivir que plácidamente sin tener algo por lo que luchar. Es la diferencia entre una vida apasionante y una vida cómoda. El partido del Espanyol fue una balsa de aceite. A diferencia de la Real, los pericos demostraron tener hambre. Se aferraron al Darderismo cuando Sergi Darder -jugador que da nombre a la filosofía que ha seguido el equipo- abandonó entre lágrimas el campo lesionado. En ese momento tuve claro que el Espanyol iba a desarrollar sus mejores minutos de juego -hay pruebas de mis palabras-: Para que surjan muchos líderes debe desaparecer el líder moral del movimiento.
Borja Iglesias se erigió como el mejor jugador del equipo, posiblemente de la temporada, haciendo un partido soberbio. Un gallego atípico, no responde con preguntas sino con respuestas contundentes. Sus compañeros buscaron desahogo en su persona cada vez que lo necesitaron. Wu Leí demostró desde el primer día que antes de llegar al Espanyol ya era un futbolista importante. El final de temporada ha sido un guión típico de Hollywood, y como no podía ser de otra manera, el primer jugador en La Liga, acabó la temporada marcando el último gol. Rosales hizo el primero con la ayuda de un desvío. "Propia Puerta" ha estado presente en el juego del Espanyol toda la temporada (si eres perico sabes de qué hablo).
En Sevilla, en una maravillosa tarde de radio, el Athletic de Bilbao fue incapaz de hacer sufrir al equipo andaluz. 2-0. El Espanyol a Europa doce años después.
Pero rebobinemos un poco más. Para llegar a lo anterior, El Espanyol subió montañas, durmió en valles y cruzó desiertos. Se podría resumir toda la temporada con una frase del escritor y profesor de literatura Enrique Páez: "inicio fulgurante, desarrollo inquietante, final sorprendente".
Inicio fulgurante
Sergi Darder dijo al inicio de temporada que la intención era quedar campeones. Parecía una burrada, pero es pura lógica ya que todos los equipos parten de cero con la intención de conseguir todos los puntos. Durante el primer tercio de temporada los pericos no dejamos de frotarnos los ojos al ver que el Espanyol escalaba posiciones llegándose a situar en el segundo puesto. Había nacido el Darderismo.
Desarrollo intrigante
Cuando parecía que el Espanyol había alcanzado un estatus superior, los resultados empezaron a torcerse de manera cruel. El Espanyol seguía haciendo el buen fútbol que venía haciendo desde el inicio de temporada, pero por razones desconocidas, les remontaban partidos que tenían prácticamente ganados. 10 partidos seguidos sin ganar. Contra la lógica del fútbol moderno el club no destituyó a Rubi ignorando a las cuentas más activas del Twitter Perico.
Final sorprendente
Parecía que la temporada iba a acabar como todas las demás, sin nada por lo que luchar. La afición estaba desencantada, la asistencia al estadio se reducía a los 15000 de siempre. En medio de esa supuesta desidia se iba construyendo la confianza y el camino del Espanyol. Rubi estaba capitaneando la nave a un lugar que parecía remoto. Europa empieza en Los Pirineos. El asentamiento del sistema era una realidad.mSe iban ganando los partidos, pero todo el mundo esperaba perder en el siguiente lo que se había ganado en el partido anterior. Pero se volvía a ganar. Y ganar. Y a dos partidos del final de temporada el Espanyol se encontró con posibilidades reales de entrar a Europa; un 1%. El resto ya lo he contado. Un séptimo puesto que pueden parecer migajas para los clubes más ricos de la liga, pero es un diamante en el desigual mundo del fútbol.
El capitán del barco abandonó la misión porque no tiene que ir a Europa para conseguir el botín.
Ser Perico es padecer mucho y celebrar lo que se pueda.