La canción del pirata resuena en Italia
Cuatro son los bucaneros que navegan por lo alto de la tabla de goleadores en la Serie A, y no llevan diez cañones por banda, como diría Espronceda, sino casi 100 cañonazos que han acabado envueltos en redes por todo el país
Miguel Cañas Pardo 'Coke'
La Serie A ha dejado de ser un mar en calma esta temporada. Las nuevas mareas de la renovación futbolística y el reclamo europeo en auge han aumentado el valor de esas aguas otrora olvidadas. Numerosos piratas han puesto sus codiciosos ojos en uno de los trofeos más preciados de los siete mares futbolísticos: el título de Capocannoniere. Muchos han sido los pretendientes a tan valioso botín, pero solo los más valientes y tenaces han conseguido acariciar la gloria de su obtención durante un año, hasta que el siguiente pirata hace de las suyas y consigue arrebatárselo. Así funciona la ley del mar, si es que el mar ha tenido ley alguna vez.
Como rezaba el poeta, un velero bergantín acoge a la flor y la nata de los bucaneros que han sostenido el escurridizo premio. Allí, los bucaneros más temibles se dan cita para navegar en el océano del recuerdo colectivo con cada uno de los goles que les valieron la gloria. Los más ancianos, sentados en los taburetes del fondo de las tabernas, cuentan que el primero que consiguió proclamarse Capocannoniere fue un tal Giuseppe Meazza, que, con 31 cañonazos, asoló todo puerto italiano que visitaba. Otras leyendas de la zona de Milán cuentan que un bucanero Sueco, llamado Gunnar Nordahl, fue capaz de lograr la ansiada recompensa en cinco ocasiones, siendo el que más la ha podido disfrutar.
Esos cuentos de mar seguirán contándose durante años y años como leyendas de un tiempo pasado, pero los laureados hombres que surcan el mar van más allá de eso. Entre la tripulación del prestigioso velero bergantín se encuentran nombres como Crespo, Vieri, Shevchenko, Lucarelli, Luca Toni, Totti, Del Piero, Ibrahimovic, Di Natale, Cavani, Immobile, Icardi y Dzeko. Capaces de helar la sangre de cualquier portero con solo escucharlos. Pero a todos ellos se les suma el más temible de todos, el del argentino Higuaín, que, con sus 36 cañonazos, ha sido el más mortífero de todos los tripulantes, a pesar de acabar tocado y hundido en Milán.
Como rezaba el poeta, un velero bergantín acoge a la flor y la nata de los bucaneros que han sostenido el escurridizo premio. Allí, los bucaneros más temibles se dan cita para navegar en el océano del recuerdo colectivo con cada uno de los goles que les valieron la gloria. Los más ancianos, sentados en los taburetes del fondo de las tabernas, cuentan que el primero que consiguió proclamarse Capocannoniere fue un tal Giuseppe Meazza, que, con 31 cañonazos, asoló todo puerto italiano que visitaba. Otras leyendas de la zona de Milán cuentan que un bucanero Sueco, llamado Gunnar Nordahl, fue capaz de lograr la ansiada recompensa en cinco ocasiones, siendo el que más la ha podido disfrutar.
Esos cuentos de mar seguirán contándose durante años y años como leyendas de un tiempo pasado, pero los laureados hombres que surcan el mar van más allá de eso. Entre la tripulación del prestigioso velero bergantín se encuentran nombres como Crespo, Vieri, Shevchenko, Lucarelli, Luca Toni, Totti, Del Piero, Ibrahimovic, Di Natale, Cavani, Immobile, Icardi y Dzeko. Capaces de helar la sangre de cualquier portero con solo escucharlos. Pero a todos ellos se les suma el más temible de todos, el del argentino Higuaín, que, con sus 36 cañonazos, ha sido el más mortífero de todos los tripulantes, a pesar de acabar tocado y hundido en Milán.
Como cada año, una nueva plaza aguarda en el velero al bucanero más despiadado del año. Pero esta temporada no está siendo nada fácil decantarse por un nombre, pues los pretendientes se han armado de pólvora y están encarnando una batalla sin tregua por el gol, un duelo a cañonazo limpio para despejar la incógnita de quién es el pirata más sanguinario de esta temporada.
A la cabeza marchan empatados, con 21 cañonazos cada uno, un veterano de guerra local de los buques Blucerchiati genoveses y un nuevo grumete recién llegado de aguas bálticas a la tripulación milanesa. Fabio Quagliarella y Krzysztof Piatek, antiguo tripulante del máximo rival de Fabio. Siguiéndolos de cerca, con tan solo un tanto menos, se encuentra Duván Zapata, un corsario llegado desde el otro lado del océano, desde la tierra del aroma tostado del café y a las órdenes del Capitán Gasperini en la marina bergamasca.
Treinta han sido los duelos disputados por los tres lobos de mar, pero, con cuatro enfrentamientos menos, se acerca por detrás el que fuese el marinero más temido del Atlántico y el Mediterráneo, criado en las revueltas aguas de Madeira y apadrinado por diablos en Manchester. Cristiano Ronaldo, con sus 19 goles en 26 partidos, es el tirador más preciso de los cuatro, y amenaza con alcanzar a los tres primeros para conquistar otro de los siete mares.
“Mi ley, la fuerza y el viento, mi única patria la mar”, repetía la canción que Espronceda escribió hace siglos. Quién le iba a decir en aquel entonces que esa canción volvería a sonar en Italia, y que cuatro temibles piratas iban a competir por alzarse por conquistar su única patria: El gol.