La pasión de un humilde
El fútbol argentino está cambiando, ya no es solo Boca-River. Al norte de Argentina, un equipo pequeño, humilde y con mucha ilusión está tratando de dar un golpe sobre la mesa. Hoy hablaremos de Atlético de Tucumán.
Media tarde en Tucumán, miles de personas ataviadas de blanco y azul empiezan a concentrarse con cánticos y bengalas en medio de un olor a choripán que inunda los aledaños del estadio, hoy juegan los Deca. Luego de esperar una larga cola, un hombre grande y desarrapado que hace de barrera humana corta en dos con cara de desgana el papel amarillo con el que se accede al campo (pintoresca escena para cualquiera acostumbrado a los tornos, la tecnología y la uniformidad del fútbol español). Y de pronto se abre ruidoso, entusiasmado y exultante el Monumental José Fierro. Es tarde de fútbol en la capital del norte de Argentina.
Una vez dentro siguen las sorpresas para todo aquel que sólo haya visto fútbol en Europa, la pasión se respira por todos los rincones. Gradas sin asientos que obligan a vivir el partido de pie, niños escalando las vallas hasta una altura que asusta a cualquiera y ráfagas de humo azul que por unos segundos impiden ver qué está sucediendo en el verde. Ante todo, pasión.
Es la pasión de un club humilde haciendo historia a cada día, la ilusión de una ciudad ubicada en el noroeste argentino haciéndose hueco en un campeonato monopolizado por los equipos de Buenos Aires, la entrega de una plantilla sin grandes nombres. En definitiva, la emoción de ser del Decano del fútbol argentino: Atlético de Tucumán.
Haciendo historiaEstamos hablando de un cambio de paradigma en el último lustro; de ser un equipo humilde vagando entre la segunda y tercera división argentina, pasar a ser un equipo humilde en los puestos altos de la Superliga y cuajando excelentes actuaciones en la Copa Libertadores.
Y es que Atlético acumula tan solo 14 temporadas en la máxima categoría del balompié argento bajo sus distintas denominaciones, repartidas en dos etapas: una en los años 70 y 80, y otra que comienza con el ascenso a Primera en el año 2009. Sin embargo, tras lograr luego de 25 años el ascenso a la Primera Nacional, la alegría tan solo duraría una campaña, puesto que el Decano volvería a “la B” al final de la misma, pero supondría un adelanto de lo que estaba por pasar unos años más adelante.
Atlético ya conocía lo que eran las mieles de la Primera y en el año 2014 se le planteó una oportunidad histórica de volver. El campeonato nacional argentino de primera división pasó a denominarse Superliga, aumentando su número de participantes a 30 equipos, lo cual supondría un ascenso masivo de conjuntos a Primera, era la oportunidad de los Deca. Sin embargo, no consiguió aprovecharla. Tras una agónica eliminatoria contra Huracán por decidir quién saborearía la Primera, fue finalmente el Globo quien accedió dejando a los tucumanos con la miel en los labios.
El equipo norteño sin embargo no se rendiría y preparó la siguiente campaña a conciencia para lograr el ascenso. A los mandos del equipo se encontraba el Vasco Azconzábal, ex jugador de Las Palmas y del propio Atlético de Tucumán, entre otros. En el equipo había importantes figuras como la referencia Luis Miguel “el Pulga” Rodríguez, el ex delantero de Independiente, Cristian “el Polaco” Menéndez o el ex portero de Boca Juniors, Cristian “Laucha” Lucchetti. La temporada fue larga y basada en un mano a mano constante contra Patronato de Paraná, con el Campeonato por decidir hasta la última jornada, en la que con una holgada victoria sobre Los Andes, el cuadro tucumano se haría con el ascenso. Era el momento de hacer historia.
Cabe mencionar aquí a la figura, la estrella, el referente del club: “el Pulga” Rodríguez. Tucumano de nacimiento y de imagen, es el reflejo en el que se miran todos los hinchas. Llegó a los Deca en el año 2005 y con solo un lapso de una temporada en la que probó suerte en Newell’s, se ha mantenido toda su carrera vestido de blanco y azul. Es un delantero rápido, muy habilidoso, con desborde y un guante en el pie para el balón parado. Su mote viene de su muy baja estatura, lo que no le impide ser un goleador nato. Sus grandes actuaciones le valieron para ser llamado en 2009 por la Selección en aquel momento a los mandos de Maradona. Un jugador de primerísimo nivel en un club sumamente humilde.
Una vez dentro siguen las sorpresas para todo aquel que sólo haya visto fútbol en Europa, la pasión se respira por todos los rincones. Gradas sin asientos que obligan a vivir el partido de pie, niños escalando las vallas hasta una altura que asusta a cualquiera y ráfagas de humo azul que por unos segundos impiden ver qué está sucediendo en el verde. Ante todo, pasión.
Es la pasión de un club humilde haciendo historia a cada día, la ilusión de una ciudad ubicada en el noroeste argentino haciéndose hueco en un campeonato monopolizado por los equipos de Buenos Aires, la entrega de una plantilla sin grandes nombres. En definitiva, la emoción de ser del Decano del fútbol argentino: Atlético de Tucumán.
Haciendo historiaEstamos hablando de un cambio de paradigma en el último lustro; de ser un equipo humilde vagando entre la segunda y tercera división argentina, pasar a ser un equipo humilde en los puestos altos de la Superliga y cuajando excelentes actuaciones en la Copa Libertadores.
Y es que Atlético acumula tan solo 14 temporadas en la máxima categoría del balompié argento bajo sus distintas denominaciones, repartidas en dos etapas: una en los años 70 y 80, y otra que comienza con el ascenso a Primera en el año 2009. Sin embargo, tras lograr luego de 25 años el ascenso a la Primera Nacional, la alegría tan solo duraría una campaña, puesto que el Decano volvería a “la B” al final de la misma, pero supondría un adelanto de lo que estaba por pasar unos años más adelante.
Atlético ya conocía lo que eran las mieles de la Primera y en el año 2014 se le planteó una oportunidad histórica de volver. El campeonato nacional argentino de primera división pasó a denominarse Superliga, aumentando su número de participantes a 30 equipos, lo cual supondría un ascenso masivo de conjuntos a Primera, era la oportunidad de los Deca. Sin embargo, no consiguió aprovecharla. Tras una agónica eliminatoria contra Huracán por decidir quién saborearía la Primera, fue finalmente el Globo quien accedió dejando a los tucumanos con la miel en los labios.
El equipo norteño sin embargo no se rendiría y preparó la siguiente campaña a conciencia para lograr el ascenso. A los mandos del equipo se encontraba el Vasco Azconzábal, ex jugador de Las Palmas y del propio Atlético de Tucumán, entre otros. En el equipo había importantes figuras como la referencia Luis Miguel “el Pulga” Rodríguez, el ex delantero de Independiente, Cristian “el Polaco” Menéndez o el ex portero de Boca Juniors, Cristian “Laucha” Lucchetti. La temporada fue larga y basada en un mano a mano constante contra Patronato de Paraná, con el Campeonato por decidir hasta la última jornada, en la que con una holgada victoria sobre Los Andes, el cuadro tucumano se haría con el ascenso. Era el momento de hacer historia.
Cabe mencionar aquí a la figura, la estrella, el referente del club: “el Pulga” Rodríguez. Tucumano de nacimiento y de imagen, es el reflejo en el que se miran todos los hinchas. Llegó a los Deca en el año 2005 y con solo un lapso de una temporada en la que probó suerte en Newell’s, se ha mantenido toda su carrera vestido de blanco y azul. Es un delantero rápido, muy habilidoso, con desborde y un guante en el pie para el balón parado. Su mote viene de su muy baja estatura, lo que no le impide ser un goleador nato. Sus grandes actuaciones le valieron para ser llamado en 2009 por la Selección en aquel momento a los mandos de Maradona. Un jugador de primerísimo nivel en un club sumamente humilde.
El regreso del Decano a Primera sorprendió a propios y extraños, los tucumanos saltaron como un resorte cuajando números de campeón y manteniéndose a lo largo de toda la campaña en los puestos de arriba e incluso ostentando el liderato por varias jornadas. En aquella campaña de 2016 la Superliga de treinta equipos estaba dividida en dos conferencias de 15, quedando Atlético como tercer clasificado de la suya siendo únicamente superado por Lanús y Estudiantes de la Plata en una conferencia en la que también participaban históricos como Boca Juniors o Rácing. Pero no solo sería el sorprendente tercer puesto lo que haría especial la temporada del decano, sino que lo fue también por el premio gordo: su primera participación en la Libertadores.
Igual que aquel año que pudimos ver a Osasuna en Champions o al Getafe haciendo historia en la Copa de la UEFA, Atlético se plantó entre los mejores equipos de Latinoamérica. En su edición de 2017, luego de superar la previa, el equipo tucumano apareció en una fase de grupos con equipos históricos como Peñarol de Uruguay, Palmeiras y el boliviano Jorge Wilstermann. Luego de una apretada clasificatoria, Atlético finalmente quedó en tercera posición pudiendo participar en la Copa Sudamericana (equivalente a la Europa League). En la Sudamericana volvió a Bolivia para superar a Oriente Petrolero en dieciseisavos, pero caería en octavos contra otro argentino, Independiente de Avellaneda.
En medio de esta temporada de grandes emociones y que pasará a la historia todavía quedaba sitio para más: la Copa Argentina. Por primera vez, Atlético logró llegar hasta la final. Por el camino quedaron All Boys, Independiente, Sarmiento de Junín, Velez Sarsfield y Rosario Central en una agónica semifinal. En la final disputada en Mendoza, Atlético cayó ante River por un estrecho (2-1) pero aunque no se llevara el trofeo a casa, ese resultado ya era un hito en sí. Por un lado se convertía en el segundo club del interior (tras Rosario Central) en llegar a una final de copa, mientras que por otro lado le otorgaba el derecho de volver a participar en la Libertadores.
Y es que la Copa Libertadores 2018 no es solo histórica por el Supercásico Boca-River en la final, sino que también estará marcada por la presencia de Atlético de Tucumán hasta cuartos de final. Dispuestos a cuajar un papel destacado, el equipo norteño superó con creces la fase de grupos y llegó hasta los cuartos de final donde fue eliminado por Gremio de Portoalegre. Y aún con todo, es un paso de gigante más en la historia de club que va construyendo su futuro con esperanza y ambición.
El clásico tucumano por encima de todoSi bien es cierto que el paradigma de Atlético está cambiando y evolucionando temporada a temporada, hay algo que se mantiene intacto en el sentimiento de todos los hinchas del Deca, y es la rivalidad a muerte con el otro gran equipo de la ciudad, San Martín de Tucumán, el Ciruja.
A final de cada temporada siempre se espera que Atlético y San Martín queden encuadrados en la misma categoría (algo que no es común) para poder vivir un evento que paraliza por completo la provincia, el clásico tucumano.
Es el evento del año, la comidilla de todas las conversaciones de la semana y motivo de separación de familias por dos horas. En todas las familias o grupos de amigos tucumanos hay hinchas de uno y otro equipo, sumando una dimensión más en la rivalidad entre ambos cuadros. Y por si fuera poco, este año coincide como hecho excepcional que tanto Atlético como San Martín están en la Primera. El clásico llevado al máximo nivel.