Sin... paciencia
Corría el minuto 85 cuando Santi Cazorla asistió a Gerard Moreno, para que éste, diera la victoria a los suyos. Los nuestros, la Real, perdieron. Una vez más, las ilusiones de una temporada se desvanecieron. Y ya van bastantes derrotas y pocas soluciones, pero... ¿acaso importa?
Este curso han tachado a la Real de equipo sin alma, sin corazón, sin sangre y sobre todo, sin estilo. Pero lo que de verdad, lo que deberíamos pensar, es en el proyecto a largo plazo. Como cualquier idea, necesita su tiempo para desarrollarse y llegar al clímax. Las cosas importantes no suceden de la noche a la mañana. Con esto del fútbol y más concretamente con los banquillos, existe un ansia y exigencia terrible, al alcance de superhéroes -por lo que parece-. Y es que, es perder tres partidos y ya estás fuera. Echemos la vista a Heliópolis. El Betis, un equipo con una personalidad muy marcada gracias a Quique Setién, ya baraja la posibilidad de ponerlo de patitas en la calle. O al menos, eso quiere gran parte de la hinchada verdiblanca.
No hay paciencia. No la hay. Un equipo encadena una mala racha y un proyecto meditado y preparado para un periodo de tiempo más largo, quiere ser desmontado. Como si de una estantería del IKEA se tratara. Querida afición, querida directiva: las cosas no funcionan así.
Viajemos al pasado. Recordemos a un técnico, a una leyenda del deporte rey: Guy Roux. Entiendo que no será conocido por muchos, pero su historia en el Auxerre me viene como anillo al dedo para justificar lo que pienso. Pues bien, tras colgar la botas pasó a dirigir al conjunto auxerrois. Año 1961. Un técnico inexperto coge al humilde Auxerre de regional. ¡De regional! El míster contaba con un reto mayúsculo por delante. Sin nada que perder, tenía la plena confianza de la directiva y de la grada. Quedaros con esto, pues fue una de las claves, por no decir la máxima. Fueron 20 años de altibajos, repletos de emoción, pasión y sobre todo, paciencia. Fruto de ello, el equipo logró la épica al debutar en primera francesa en 1980. Y los éxitos no se quedaron ahí. La épica va más allá. Además de descubrir al mundo jugadores de la altura de Eric Cantona o Mèxes, el Auxerre de Roux se alzó con la primera copa gala de la historia del club en 1994. Todo un hito del fútbol del Hexágono. Dos años después, en el 90 aniversario del Auxerre, lograron el doblete: copa y liga. ¡Una puta liga! Pero espérate, que aun queda más. En 2003 se tomarían la tercera copa a costa del Nîmes y en 2005 lo harían gracias al Sedan. Antológico.
Dicho esto, la última copa va a tu salud, Guy. Que por la salud de la pelotita, tu paciencia llege a despachos y grada, a directivos y aficionados... Ójala el fútbol se contagie del espíritu de Guy Roux. Ójala la paciencia se instaure, de una vez por todas, en el fútbol.
No hay paciencia. No la hay. Un equipo encadena una mala racha y un proyecto meditado y preparado para un periodo de tiempo más largo, quiere ser desmontado. Como si de una estantería del IKEA se tratara. Querida afición, querida directiva: las cosas no funcionan así.
Viajemos al pasado. Recordemos a un técnico, a una leyenda del deporte rey: Guy Roux. Entiendo que no será conocido por muchos, pero su historia en el Auxerre me viene como anillo al dedo para justificar lo que pienso. Pues bien, tras colgar la botas pasó a dirigir al conjunto auxerrois. Año 1961. Un técnico inexperto coge al humilde Auxerre de regional. ¡De regional! El míster contaba con un reto mayúsculo por delante. Sin nada que perder, tenía la plena confianza de la directiva y de la grada. Quedaros con esto, pues fue una de las claves, por no decir la máxima. Fueron 20 años de altibajos, repletos de emoción, pasión y sobre todo, paciencia. Fruto de ello, el equipo logró la épica al debutar en primera francesa en 1980. Y los éxitos no se quedaron ahí. La épica va más allá. Además de descubrir al mundo jugadores de la altura de Eric Cantona o Mèxes, el Auxerre de Roux se alzó con la primera copa gala de la historia del club en 1994. Todo un hito del fútbol del Hexágono. Dos años después, en el 90 aniversario del Auxerre, lograron el doblete: copa y liga. ¡Una puta liga! Pero espérate, que aun queda más. En 2003 se tomarían la tercera copa a costa del Nîmes y en 2005 lo harían gracias al Sedan. Antológico.
Dicho esto, la última copa va a tu salud, Guy. Que por la salud de la pelotita, tu paciencia llege a despachos y grada, a directivos y aficionados... Ójala el fútbol se contagie del espíritu de Guy Roux. Ójala la paciencia se instaure, de una vez por todas, en el fútbol.